Written by Maria Pandil
Walking in a Circle
Although the compass was invented centuries ago, for the six friends, who lived in a remote place, it was still unknown and they did not have one, so they got lost in a huge orange orchard.
Early one day, the youths went to an orange orchard to take food to Frank who was working on the irrigation work. That time, Frank had stayed the whole night watering the garden, and, it was assumed, that day they would come to where he was bringing breakfast, lunch and dinner. But the most curious thing that happened to them was something inexplicable.
They had to walked about five kilometers to enter what would later be a great journey through the orchard. When they began to cover what were the first 100 meters, the six boys continued walking, but at the same time they were playing, going up and down banks of wet earth, in the mud, since that part of the land the Frank had already watered. All night.
That day, around noon, the Frank would find himself watering a little more than a quarter of the orchard. The orchard was enormous, and he was working there waiting for the food to satisfy his hunger.
At first, for the six boys it was all fun and novelty, as they had never done this before. And even more so when they went into that grove for the first time, where they saw green and leafy trees everywhere that all looked the same. At that time, everything was game; but, suddenly, they felt that they had walked a long way, looking for Frank, in addition to the fact that they were all covered in mud from head to toe.
The most curious thing was that, when they reached the center of those vast acres of land, the six children began to walk in a circle, they circled so many times in one place that one of them realized that they were not going any further, but rather as they walked and walked they looked at places where they had passed, but by the time they realized it, the day was over for them, night had already fallen, and until then the innocent children realized that they were lost.
They tried to get out of there when they realized what had happened, but the boys could not, as there was a magnet there that attracted them and did not let them move, neither to one side nor to the other; neither along nor across that orchard.
When the parents of those children saw that they did not return home, that’s when they sent their older children to look for them. And yes, they found them trying to get out of there, but they kept going round and round.
And, the strangest thing was also that, in addition to getting lost, none of the boys got hungry, or maybe they ate the fruit of the tree, because the lunch they brought to give it to Frank was intact inside the bag, but the outside of the bag was all muddy.
At that moment, the children did not think about Frank, who would be hungry, but about their older brothers, that they should go look for them.
And so it was, when the six friends looked at their brothers who had come for them to where they were, they were very happy. At that very moment, they all returned home very happy with that experience, which they will never forget for the rest of their lives.
Written by Maria Pandil
In Spanish
Caminando en círculo
A pesar de que hace siglos se inventó la brújula, para los seis amigos, quienes vivían en un apartado lugar, aún era desconocida y no contaban con una, por lo que se extraviaron en una inmensa huerta de naranjos.
Los jóvenes, un día temprano, se dirigieron a una huerta de naranjos a llevarle de comer a una persona que se encontraba trabajando en las labores de riego. Esa vez, el regador había permanecido toda la noche anterior regando la huerta, y, se suponía que, ese día ellos llegarían hasta donde él estaba, llevando el desayuno, comida y cena. Pero lo más curioso que les pasó fue algo inexplicable.
Ellos, ya habían caminado como cinco kilómetros, para internarse en lo que sería después una gran travesía en la huerta. Cuando empezaron a recorrer lo que eran los primeros 100 metros, los seis chicos siguieron caminando, pero a la misma vez iban jugando, subiendo y bajando bordos de tierra mojada, en el lodo, ya que esa parte de terreno el hombre ya lo había regado toda la noche.
Ese día, como a mediodía, el pobre hombre se encontraría regando un poco más de la cuarta parte de la huerta. La huerta era enorme, y él ahí trabajando esperando la comida para saciar su hambre.
Al principio, para los seis muchachos todo fue diversión y novedad, ya que nunca habían hecho esto. Y más cuando iban por primera vez internándose en aquella arboleda, en donde por todos lados miraban árboles verdes y frondosos. En ese momento, todo era juego; pero, de repente, ellos sintieron que habían caminado mucho, además de que se encontraban todos enlodados de pies a cabeza.
Lo más curioso fue que, cuando llegaron al centro de esas bastas hectáreas de terreno, los seis niños empezaron a caminar en círculo, dieron tantas vueltas en un solo lugar que, uno de ellos, se percató de que no abanzaban más allá, sino que conforme caminaban y caminaban miraban lugares por donde ellos habían pasado, pero para cuando se dieron cuenta, el día se les había terminado, ya había caído la noche, y hasta entonces los inocentes niños se percataron de que estaban perdidos.
Ellos intentaron salir de allí cuando se dieron cuenta de lo sucedido, pero los chicos no pudieron, como que ahí existía un imán que los atraía y no los dejaba moverse, ni hacia un lado ni hacia el otro; ni a lo largo ni a lo ancho de esa huerta.
Cuando los padres de esos niños vieron que ellos no regresaban a casa, allí fue cuando mandaron a sus hijos mayores a buscarlos. Y sí, los encontraron intentando salir de ahí, pero ellos seguían dando vueltas y vueltas.
Y, lo más extraño también fue que, además de perderse, a ninguno de los chicos les dio hambre, o tal vez comieron del fruto del árbol, porque el lonche que ellos llevaban para entregarlo al regador estaba intacto en el interior de la bolsa, pero la bolsa por fuera se encontraba toda enlodada.
Para ese momento, los niños no pensaban en el pobre trabajador, que estaría con hambre, sino en sus hermanos más grandes, que ellos fueran a buscarlos.
Y así fue, cuando los seis amigos miraron a sus hermanos que habían llegado por ellos hasta donde estaban, se alegraron mucho. En ese mismo momento, todos regresaron muy contentos a casa con esa experiencia vivida, que nunca olvidaron por el resto de sus vidas.
Written by Maria Pandil
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